sábado, octubre 29, 2005

MÁS ALLÁ DE LAS BUENAS VOLUNTADES E INTENCIONES ¿ES POSIBLE EL DIÁLOGO? Por: Luz Modroño.
28-10-2005
Cuba es hoy una guerra abierta mantenida por su todo poderoso gobernante contra el pueblo. El gobernante tiene las armas y las cárceles. El pueblo sólo la razón.
El escenario de la convivencia social cubana está tejido sobre una densa tela de araña cuya ruptura es de imprevisibles consecuencias.
El deterioro y la descomposición social se manifiestan en la calle en forma de esporádicos y no organizados actos de protesta que pueden llegar a revestirse de violencia. El volumen de los gritos contra Fidel aumenta con la incorporación de nuevos vecinos que se suman a la manifestación callejera. Es necesario recurrir a las Brigadas de Respuesta Rápida para orquestar actos de repudio. Castro definitivamente ha perdido todo apoyo de la población. Y ésta empieza a perder el miedo.
Es el grito anónimo de la desesperación y la impotencia que exige respuesta y solución a las perentorias necesidades nunca atendidas y siempre aplazadas de una población que no aguanta más. Tras el anonimato y la oscuridad de los apagones es más fácil vencer el miedo que la persecución de la oposición organizada ejerce sobre la población. En estas espontáneas manifestaciones, expresión de rabia y desaliento, los grupos opositores no intervienen. Es la existencia de dos mundos paralelos y difícilmente confluyentes.
Sin programa político definido ni continuidad de protesta organizada, cientos de personas exigen respuestas inmediatas. Al otro lado, organizaciones de oposición se preparan para el cambio. Sin embargo, las fuertes y sofisticados mecanismos de represión dificultan la canalización del descontento de las masas en las organizaciones opositoras. La militancia en dichas organizaciones es escasa y la sociedad civil es casi inexistente y alarmantemente débil. Se da el caso de elevadas fluctuaciones en el número de participantes activos en partidos y sindicatos en función de las olas represivas arbitradas por el Régimen. El miedo incrustado en la piel dificulta sobremanera la participación organizada.
Más allá de las buenas voluntades, intenciones y deseos de los ciudadanos de países libres, democráticos, donde el Derecho es ley igualatoria y universal, la realidad de esta Isla se impone como una bofetada a quien se acerca al poder en busca de diálogo. Ni la policía común protege al que disiente o critica, ni son atendidas sus reclamaciones ante cualquier problema de índole administrativa ni tiene derecho a poder encontrar un puesto de trabajo o acudir a la universidad o formarse en cualquier faceta de su desarrollo profesional o personal.
Si los derechos sociales, económicos y culturales están limitados para la población cubana, para los opositores al régimen, ya sean periodistas, sindicalistas, miembros de partidos políticos o defensores de derechos humanos están vetadas. En varios discursos, Fidel Castro ha reiterado hasta la saciedad que las calles, la justicia o la universidad, el trabajo o la atención médica son para los revolucionarios. El simple hecho de disentir se reviste de una amenaza sutil y real por cuanto, más allá de la privación de libertad y las cárceles, los que osan manifestar un espíritu crítico se convierten en excluidos sociales privándoles incluso el derecho a la existencia.
Vine aquí convencida de la posibilidad del diálogo como base de entendimiento y estrategia política adecuada para conseguir presionar al Régimen castrista a la apertura y el ablandamiento de las condiciones existenciales de una isla secuestrada. Tras un mes de estancia mis dudas han alcanzado el tamaño del propio Caribe.
Pretender establecer un diálogo con el gobierno deviene en titánica e infructuosa tarea. El discurso del dictador el 26 de julio fue claro. No está dispuesto a bajar la guardia contra la racionalidad de los que persiguen la democratización del país. ni de los de adentro ni de los de afuera. Cualquier desviación de su magna obra será perseguida. Aunque para ello se vea obligado a continuar con la política de barbarie y palo que definen las bases sobre las que se sustenta el Régimen y que frena y corta de raiz cualquier intento de desmantelamiento del sistema totalitario impuesto hace ya medio siglo. El sistema es su obra, su criatura. El uso de la fuerza en todas sus variantes la garantía de su pervivencia
¿Qué posibilidades de diálogo pueden existir cuando uno de los interlocutores está poseído de la verdad y para implantarla utiliza todos los medios de terror y coacción que ha conseguido ir desarrollando en sofisticadas redes de represión y coacción? ¿A qué acuerdos es posible aspirar cuando la burla y la mofa se convierten en moneda de cambio con el interlocutor? Nuestros parámetros de compromiso no se adecúan a los parámetros de pensamiento, deseos y voluntades del todopoderoso Castro. Son otros los intereses que subyacen a su voluntad. Convertido en propietario de bienes y vidas y poseído de una verdad que impone a fuerza de golpes y amenazas, los intentos de acercamiento y diálogo ofertados por la Comunidad Internacional quedan en manifiestos de buenas intenciones sin que haya posibilidad de compromiso. A los esfuerzos por el diálogo, Castro responde con el aumento de la represión, las detenciones, la organización de impúdicos actos de repudio que llenarían de vergüenza y oprobio a cualquier otro gobierno.
El desarrollo y fortalecimiento de la sociedad civil que garantizara la transición pacífica debería pasar por el arbitraje de reformas paulatinas y la apertura a cauces de participación, pero Castro cierra toda puerta posible y el diálogo con el gobierno se reviste de utopía. En demasiadas ocasiones y a pesar de los intentos realizados a nivel internacional, ha resultado una tarea infructuosa que adopta tintes de burla y reflejos ilusorios.
Mientras Europa fuerza mecanismos que posibiliten el diálogo con el Régimen y su acercamiento a la oposición, Castro sigue golpeando, amenazando, acallando por la fuerza toda manifestación de descontento mientras sigue orquestando actos de repudio que producen escalofríos de rechazo en la comunidad internacional y detenciones arbitrarias que serían ilegales medidos con los parámetros de los derechos humanos que rigen las conductas en los países desarrollados y democráticos. En estas condiciones ¿es posible el diálogo? ¿Es posible suponer que exista la mínima intención de apertura hacia la transición? Cuba es hoy una guerra abierta mantenida por su todo poderoso gobernante contra el pueblo. El gobernante tiene las armas y las cárceles. El pueblo sólo la razón.
La concesión ayer del premio Sajarov a las Damas de Blanco es el reconocimiento a la exigencia y necesidad democratizadora de una sociedad exhausta. Supone el apoyo explicito de la comunidad internacional a la legítima lucha de un pueblo contra la dictadura. Sin embargo, frente a ella, y en contraste con la demanda unánime, de dentro y de fuera, del fin de la opresión se evidencia la descomposición de un Régimen que sólo en el terror sigue reiteradamente apoyándose, y confluye con el aumento de la represión. La crónica de los últimos 15 dáis es un esperpento de odio y temor contra el pueblo.
El pasado 10 de octubre, acto de repudio contra miembros de Arco Progresista; el 14, contra opositores que se manifestaban en solidaridad con la defensora de derechos humanos, Noelia Pedraza cuya vista estaba teniendo lugar y con un saldo de varios heridos graves que aún continúan hospitalizados; el 17, Alfredo Domínguez Batista, prisionero de conciencia del grupo de los 75 de la Primavera Negra, se autolesiona en protesta contra los malos tratos y las malas condiciones carcelarias; el 20, nuevo acto de repudio, esta vez contra la mamá del opositor Léster Sánchez Hernández; el 24, es detenido Daniel Ordóñez Pereira, miembro del Proyecto Varela y del Movimiento Cristiano de Liberación; Santiago Valdeolla permanece en prisión desde hace 80 días sin saber de qué se le acusa...Es sólo una pequeña muestra de una crónica delirante.
Luz Modroño
octubre, 2005
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En septiembre de este año a Luz Modroño le había pasado esto:

Denuncia: Miembros del Partido Comunista de España agreden a miembro de Amnistía Internacional que preguntó por derechos humanos en Cuba
La Plataforma Internacional Cuba Democracia Ya! denuncia el linchamiento público al que ha sido sometida la miembro de Amnistía Internacional, la Red Eurociudadana y del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), Luz Modroño, durante la Fiesta Anual del Partido Comunista de España en la Casa de Campo de Madrid.
Modroño, como parte de la caseta de Amnistía Internacional (AI) en la feria, intervino junto a otras dos personas en un acto donde participaba en el embajador de Cuba en España, Alberto Velazco San José.
Cuando Modroño le preguntó al embajador por qué AI tiene la entrada prohibida en Cuba desde el año 1988 y qué justificación tenía la represión y la violación sistemática de los derechos humanos sobre los ciudadanos cubanos, se desató una jauría que acusó a AI de ser una organización “al servicio del imperialismo”, de querer “desestabilizar” al régimen, en forma de gritos contra Luz Modroño, a la que empujaron y pegaron, hasta que pudo ser rescatada de la turba.
Hechos como este demuestran el talante democrático del Partido Comunista de España, que pretende conseguir con la violencia lo que no puede en las urnas, y continúa defendiendo una dictadura como la de Fidel Castro, que jamás aceptarían en España.
Asimismo, responsabilizamos al embajador cubano de intentar trasladar a España el sistema de porras y brigadas paramilitares que funciona en la Isla contra los que piensan diferente.
Es realmente esperpéntico que partidos que utilizan los beneficios del entramado democrático respalden una dictadura de 46 años.
18 de septiembre de 2005
Junta Directiva
Rigoberto Carceller: 656 470 342