jueves, noviembre 30, 2006

LA REVOLUCIÓN DE LOS ABUELOS

Nota del Blogguista


Recuerdo cuando era niño la veneración y admiración que sentíamos todos los cubanos por nuestros veteranos de nuestras guerras de independencia del siglo XIX; veneración y admiración que alcanzaba su apogeo todos los 20 de Mayo. Esta veneración y admiración se vió significativamente menguada a partir de 1959, porque la única (des) información existente en el país nos decía, y nos dice, que fue en ese año que aparecieron los ¨verdaderos¨libertadores que le dieron la total independencia a nuestro pueblo.


Dudo mucho que este 2 de diciembre, aniversario 50 del desembarco del Granma, los sobrevivientes del Moncada, del Granma, de la Sierra y del clandestinaje en contra de la dictadura autoritaria de Batista reciban, después de lo sucedido en estos 48 años de dictadura totalitaria, sincera admiración y gratitud por la inmensa mayoría del pueblo cubano.

Hay un viejo xchiste en Cuba:

Pregunta: ¿ Cúal es el barco más grande del mundo ?
Respuesta: No sé
Respuesta correcta: El yate Granma, pues ¨embarcó ¨a todo un pueblo.
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La revolución de los abuelos

Por Luis Ortega



Cincuenta años después, los invasores, los que quedan vivos, que están ya muy viejos, se reunirán este 3 de diciembre para ver pasar los tanques, los aviones, los barcos, y los heroicos soldados, descendientes de aquellos mártires de hace tantos años. En realidad, las gentes que verán pasar la procesión no tendrán una idea muy clara de cómo fue aquello. En 1956 muchos no habí­an nacido. Otros, tal vez, se arrepentirán de haberlo hecho. Los más viejos lanzarán maldiciones en voz baja. Algunos se preguntarán, en silencio, ¨qué libertad trajeron al paí­s aquellos héroes".

( yate Granma )

En este caso los héroes de aquella jornada gloriosa se han negado a desaparecer. Es posible que aspiren todaví­a a celebrar el centenario. Han sido implacables. No solamente han amarrado al pueblo cubano a un destino trágico sino que insisten en no soltarlo. La idea de que una revolución puede durar cincuenta años es una idea loca. La revolución es como una semilla que se siembra y nace y crece y muere a tiempo para no convertirse en tiraní­a. Si nace y crece y sigue con la misma cosa se convierte en algo horroroso.

Castro se ha convertido en un personaje obsoleto. No ha sabido irse a tiempo y ha encerrado al pueblo de Cuba en un vasto manicomio. Su aparición en el acto de la celebración del cincuenta aniversario es una de las cosas más ridí­culas que se le podí­an ocurrir. Aparecerse ahora celebrando lo que nadie quiere recordar es un disparate.

Luis Ortega, El Diario-La Prensa (NY), EE UU
29 de noviembre de 2006