jueves, noviembre 30, 2006

LA ÉTICA PERIODÍSTICA NO RECONOCE DIFERENCIAS CULTURALES

Diario Las Americas

Publicado el 11-29-2006

“La ética periodística no reconoce diferencias culturales”

Declaraciones de Alberto Müller, periodista y profesor de la Universidad de Miami

Por Iliana Lavastida Rodríguez
DIARIO LAS AMERICAS

“Cada uno de los hechos que se han ido sumando a la cadena de acontecimientos ocurridos después de la publicación en The Miami Herald del reportaje de Oscar Corral titulado “10 Miami journalists take U.S pay” son una demostración papable de que la ética periodística, mas allá de la objetividad, debe estar respaldada por un alto sentido de responsabilidad de la fuente que emite la noticia”. Llevando un análisis pormenorizado de esta argumentación, ofreció Alberto Müller una entrevista a Diario Las Américas con la cual se inicia una serie donde analizaremos la materialización de la ética periodística desde los puntos de vista académico, conceptual y práctico.

Tomando como punto de referencia el artículo elaborado por Clark Hoyt, publicado en el Nuevo Herald, en su edición del 19 de noviembre, en el que el periodista trata de evaluar el mencionado reportaje de Corral, puede afirmarse que desvirtúa la esencia del código de la ética periodística pues pretende condicionarla al asegurar que el reportaje en cuestión seria mas justo, si hubiese aludido a las diferencias entre el periodismo en América Latina y Estados Unidos.

Acerca de estas aseveraciones, Alberto Muller, quien ejerce esta profesión por más de cuatro décadas e imparte cursos de ética en la Universidad de Miami, difiere del punto vista de Hoyt cuando asegura que en el desempeño periodístico contemporáneo, la ética va más allá del hecho en si y tienen mucho más peso en su práctica auténtica, la veracidad y la credibilidad. Y resulta mas explicito aún cuando añade que a partir del momento en que un medio selecciona un hecho en particular para reseñarlo y lo distingue entre un sin número de acontecimientos que a diario suceden, le está anteponiendo un punto de vista, más allá de la objetividad, al considerarlo importante como para jerarquizarlo y en consecuencia, exponerlo a la investigación.

( Alberto Muller )

“Es entonces cuando comienza a jugar la importancia de la veracidad con que se difunde y la credibilidad de la fuente, a través de lo cual sí se materializa lo que conocemos por ética periodística”.-apunta Muller.

“El reportaje de Oscar Corral, que fuera objeto de análisis por el periodista Hoyt, impugna a los colegas que refiere de algo que ese propio material adolece, si de ser éticos se trata”.

De esta forma inicia Muller una descripción pormenorizada de los aspectos que considera contraproducentes en el reportaje de Corral y que sin embargo, reconoce obviados en el análisis de Hoyt, “a pesar de ser un avezado en materia periodística con largos años de experiencia”.

“Magnificar el asunto, ubicándolo en la primera plana del diario y concederle un tratamiento casi policial al material fotográfico es el primer rasgo anti ético de un producto periodístico que por sus efectos nefastos calificamos como una verdadera canallada, aunque esta no haya sido la intención consciente de su autor”.

“Sin embargo –explica Muller- este aspecto no figura entre las deficiencias señaladas por Hoyt. Por el contrario, justifica la falta de lealtad a los colegas, el estilo en que el reportero expuso el material y el tratamiento autorizado por la directiva de The Miami Herald cuando expresa “no quisieron dar la impresión de que trataban con demasiada suavidad a unos colegas…La gerencia se involucro de una forma que probablemente no habría sucedido si el articulo hubiera tratado sobre otra compañía”.

Además Muller señala que la segunda condición a refutar en el reportaje de Corral, es el haber ignorado que la colaboración de periodistas de la plantilla de El Nuevo Herald con Radio y T.V Martí se conocía desde el año 2002 y había sido autorizada por alguien del prestigio y la trayectoria de Carlos Castañeda, quien fuera el editor ejecutivo de ese diario, antes de la actual directiva de Humberto Castelló”.

Un tercer aspecto que Muller considera no menos significativo y que a su entender evidencia una falta de ética ligada al sensacionalismo es el hecho de haber publicado ese reportaje de contenido tan comprometedor, sin haber sido suficientemente revisado, y que Tom Fiedler, como editor de The Miami Herald, lo haya permitido, a pesar de esas imprecisiones “porque llegó a ellos la información de que otros medios se encontraban investigando el caso”.

“Solamente por haber obviado la opinión de terceros implicados en ese reportaje, y no haberles dado el derecho a replica tal y como establece la práctica honesta del periodismo, The Miami Herald, debía haber considerado en primera instancias expulsar de su plantilla a Oscar Corral y a Tom Fiedler- asegura el profesor Muller. Clark Hoyt es un periodista lo suficientemente experimentado y en su informe debió haberlo sugerido en apego a las normas éticas de esta profesión”.

Acerca del criterio por el que mas se ataca a los periodistas implicados en el reportaje de Corral, el cual no se limito solo a cuestionar la participación de sus colegas de El Nuevo Herald, sino que se atribuyo el derecho de involucrar a otros de compañías diversas Muller opino: “Un periodista no pierde credibilidad, ni se aleja de la objetividad por trabajar para un medio público. A través de la historia han existido agencias de prensa, estaciones de radio y televisión y medios impresos gubernamentales y para ellos han tributado periodistas de mucho respeto. En el caso particular de radio y T.V Martí, ambas no son más que un vehículo para llevar la verdad al pueblo de Cuba y la ética sólo se viola en este medio cuando se adultera la verdad, acerca de lo cual, hasta el momento no se puede acusar a ninguno de los colegas que pretendió enjuiciar ese reportaje”.

“Si los patrones del periodismo norteamericano fueran tan fríos como intenta definir Clark Hoyt, a diferencia del periodismo hispano, no existirían cadenas como la Fox y el diario de New York Times. Pretender que los hispanos somos menos rígidos con la verdad es un sofisma de Hoyt, es decir una mentira pues existen ejemplos de periodismo latinoamericano tan honrados como el de quienes han cubierto casos del narcotráfico en Colombia a costa de sus vidas y quienes se enfrentan a los rigores de la dictadura castrista en Cuba, como periodistas independientes”.

“Precisamente, si de ser objetivos y apegados a la verdad se trata, The Miami Herald debería preocuparse más por respaldar a todo el que denuncie la verdad del escenario cubano, como es el caso de los periodistas que resultaron atacados en el reportaje de Oscar Corral, en lugar de enjuiciarlos como a mercenarios”-concluyó Alberto Muller.

Muller, en sus declaraciones para esta serie que desde el punto de vista conceptual Diario Las Américas ha comenzado a desarrollar sobre el desempeño de la ética, define el periodismo como la profesión que a diario le toma el pulso a la vida y en esa misma medida conlleva la responsabilidad de seguir una dinámica que tiene como premisa fundamental ser fieles a la verdad, con un alto concepto de justicia.

Debates sobre la ética periodística a diario tienen lugar en nuestro continente y precisamente entre hispanos que consideran como una condición primigenia de la profesión el apego a las normas que le conceden prestigio y respetabilidad. Tal es así que en fecha tan reciente como el 15 de noviembre pasado, en el contexto de la Conferencia Hemisférica sobre Valores periodísticos en el siglo XXI, que tuvo lugar en San José de Costa Rica, Rafael Molina, de el diario El Día, de Republica Dominicana, quien es presidente de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) expreso: “es muy importante para nuestra institución que se ponga énfasis en el aspecto ético del oficio del periodismo, el cual se constituye, por encima de los progresos tecnológicos y los avances de los medios, como la medula y la fortaleza de la libertad de prensa y la libertad de expresión”.