martes, enero 30, 2007

EL GRAN DRAMA CUBANO

El gran drama cubano


Por Tania Díaz Castro
LA HABANA, Cuba - Enero (www.cubanet.org) - Ni los cubanos ricos de ayer, ni los pobres de hoy, se han librado de los daños físicos y morales inflingidos por el régimen cubano, entre los que se incluye la división de la familia. Miles de cubanos fueron despojados de sus bienes materiales; otros miles terminaron sus días en el Estrecho de Florida, y más de dos millones en el exilio, siempre doloroso.

La Historia de este sufrimiento tiene casi medio siglo, y ya todo se sabe; también el drama que ha vivido la familia de los hermanos Castro, dividida, pero oculta a la vista del pueblo, porque esa familia es también un secreto de estado.

El árbol genealógico de los Castro carece de valor histórico, aunque la vida actual de los hermanos será analizada e investigada por generaciones futuras, capaces de descifrar sus detalles más insignificantes.

Para cuestionarla habrá que tener en cuenta el testimonio de los ex agentes de la Seguridad del Estado, residentes en los Estados Unidos, quienes describen en los canales de la televisión de Miami cómo se desenvuelve la vida de los gobernantes. Se trata de testimonios de primera mano que luego se convierten en cassettes que circulan de casa en casa, y a través de los cuales se conoce a la familia más secreta del mundo.

El círculo de poder de los hermanos es pan comido en La Habana gracias a las entrevistas realizadas por los periodistas María Elvira Salazar y Oscar Haza a los ex agentes Delfín Fernández, Camilo Pérez Villanueva, José Cohen y otros, en sucesivos programas de los canales 22 y 41.

Según contaron dichos ex agentes, las familias Castro viven en grandes mansiones pertenecientes a la antigua aristocracia cubana -una de ellas propiedad del exiliado Francisco Camaño-, situadas en la calle 160, al fondo de Jaimanitas, una amplia zona rodeada de pinos para que no se vean las casas. Campos minados, postas de hombres bien armados, estaciones de satélite; un gran perímetro de calles llamado Punto Cero, que no aparece en los mapas turísticos de La Habana. Es el lugar donde viven los hermanos con sus esposas, hijos, nueras y nietos.

Dicen que en estas casas no hay lujos: inodoros de oro macizo como los de Sadam Hussein, pero sí todas las comodidades del mundo. El presupuesto para satisfacer las necesidades de las familias es ilimitado.

Estamos ante el gran drama cubano que golpea a todos por igual: la división familiar. Se necesitaría un Dostoievski para que el sufrimiento de los últimos 48 años de la familia cubana fuera relatado en toda su profundidad, sin excluir a las familias de los hermanos Castro.