sábado, noviembre 29, 2008

PROVOCACIONES

Tomado de http://www.cubaencuentro.com


Provocaciones

Por Yodel Pérez Pulido

Juventud Rebelde me pregunta, casi con un puñal en el pecho: ¿qué ha sembrado en ti la revolución cubana?

Y digo que “me” pregunta porque anticipa que la interrogante va dirigida a los cubanos que han vivido en la isla en algún periodo después de 1959.

Así que ese puñal me lo han “manda´o” directo.. jajjaj.. Y la risa viene por la increíble manera en que los editores del diario intentar “recordar” los años de dictadura a través de un supuesto campo de semillas.

Y no sé, siento en la pregunta algún retoque de final. Es como si todos estuviésemos siendo convidados a hacer un último recuento de lo que han sido tantos años de oprobio. No sé si la conjugación en pasado, o la foto de un muerto y otro casi “fundido” juntos, pues dignifica la intención de los que preguntan.

Pero haciendo un esfuerzo y pensando un poquito en eso, porque hace rato que no tengo tiempo para pensar en musarañas, me percato que puedo responder a la que considero una de las más infames provocaciones salidas desde las páginas de ese tabloide.

Y respondo sí, no precisamente hablando de semillas o posibles árboles sembrados, porque si algo ha hecho el castrismo es machetear, talar, aniquilar cualquier surgimiento fértil.

Entonces, no puedo hablar de lo que la revolución ha sembrado en mí, sino de lo que ella mal ha engendrado y allá va pues un pequeño resumen para revolucion-cubana@jrebelde.cip.cu

- Me enseñó primero la foto de Fidel Castro antes que la de mi padre. Mientras yo aprendía a leer y escribir mi progenitor combatía en África por la gloria de… Cangamba.

- Me convirtió en un mentiroso común: me dijo que la gloria del mundo cabía en un grano de maíz mientras el maíz se lo comían unos pocos.

- Me obligó a creerme el cuento de “proletarios uníos”… mientras se hablaba de “separación de cuadros”.

- Me amarró pañoletas al cuello: una para tener el color del cielo azul en mi pescuezo y otra roja para ahogarme con la sangre de los caídos por la ¿independencia?

- Me obligó a ser como el Ché cuando yo lo que quería era ser yo mismo.

- Me hizo creer que Dios tenía barbas y que no hacían falta iglesias y sí núcleos del PCC y Comités de Base de la UJC.

- Me convirtió en “cederista” a los 16 años, antes de ser adulto a los 18.

- Me hizo obrero agrícola antes de estudiante universitario: ahí aprendí que todo tiene su precio: si no dejas limpio el naranjal, no haces las pruebas de la universidad: socialismo real.

- Me invitó a congresos estudiantiles para hacerme entender casi por la fuerza que “con la revolución todo”…contra ella nada.

- Me hizo gastar palabras gritando ¡vivas! en actos públicos.

- Me dejó ronco y enfermo un sinnúmero de veces y no me curó de la peor de las enfermedades: la impotencia.

- Me dio una bicicleta china porque se habían acabado las soviéticas y porque nunca me daría un carro.

- Me premió tras ganar el concurso nacional de Marxismo en 1993 y me obsequió la posibilidad de estudiar filosofía marxista, “gratis”.

- Me obligó a llorar con la estupidez del “manifiesto comunista” y me hacinó en aulas de periodismo para enseñarme “política editorial cubana”.

- Me dijo que tenía que publicar mentiras en un periódico, porque SÍ SE PUEDE, COÑO!

- Me aclaró que un televisor PANDA puede valer mucho más que una relación entre amigos o que un viaje al extranjero significa “echar pa´lante” al vecino.

- Me trató de convencer de que el sirope gaseado era la “nueva leche de vaca” de los desayunos y que el plátano burro era “el bistec de los nuevos tiempos”

- La soya me la hizo picadillo y el café me lo dio mezclado con chícharos.

- Me habló sobre lo que había hecho Stalin en la URSS, pero apenas me susurró sobre Virgilio, Lezama…

- Me clareó la piel con los jabones NACAR y me dejó los dientes amarillos con la PERLA de cada dos meses…o cada tres…

- Me hizo usar ropa lavada con “maguey”.

- Me ha dejado calvo con champú para todo tipo de cabellos.

- Me hizo llorar de rabia porque cuando llegaba de la escuela, mi hermana con hambre se había comido mi único pedacito de pan del día… el de la cuota…

- Me dijo que internet era un arma de destrucción masiva… pero nunca vi a ninguno de los que lo decía muerto.

- Me transmitió una enfermedad incurable, la nostalgia de una juventud nunca feliz y la incerteza de un futuro para mis hijos, o para mis padres.

- Me alejó de mi tierra, del lugar donde nací, de la casa que ya mis padres pagaron pero que no es nuestra, del huevo criollo, del pan con el poquito de aceite…

- Me prohíbe el regreso a mi país porque claro, la revolución tiene dueños y yo no estoy entre los propietarios.

¡Y me cansé…! Espero que algunas de mis “semillas” no hayan convertido en infértil el concurso que convoca Juventud Rebelde y que, repito, es de las más asquerosas provocaciones que ya me hicieron. ¿Cómo se puede hablar de semillas en una revolución tan árida y de frutos tan secos?

Publicado en: Completo Camagüey