domingo, agosto 29, 2010

CUBA: DAÑOS COLATERALES O UNA MANERA DE FIDEL CASTRO LLAMAR LA ATENCIÓN PARA MOSTRAR QUE REGRESÓ Y ES EL QUE MANDA

DAÑOS COLATERALES


Por Julio Antonio Aleaga Pesant

Periodista independiente
26/08/2010.
aleagapesant@yahoo.es

El Vedado, La Habana, 26 de agosto de 2010, (PD) Caminó por el espacioso salón rumbo a la terraza de una hermosa casa al oeste de La Habana, con pisos tan pulidos que parecían espejos. Los días aún eran frescos. A través del ventanal, los árboles se movían al compás del viento. Raúl Castro, vestido con camisa de manga corta, miró a su hijo Alejandro, con una rara mezcla que encierra la dulzura de un padre y la maldad de un tirano. Sonrió y poniéndole la mano en el hombro le dijo: “No te preocupes, para eso está Fidel”.

Tres meses después, coincidiendo con las celebraciones del 26 de julio, F. Castro apareció tímida y sorpresivamente. Primero en un centro científico, vestido al común. Luego en una ofrenda al ídolo local. Mas tarde con camisa verde olivo, dirigiéndose a jóvenes y a la Asamblea Nacional. Los medios de comunicación reseñaron la aparición del muerto-vivo.

Los castristas se mostraban eufóricos, volvía su comandante. Se dejó de hablar del millón de desempleados, de la liberación de los presos políticos, de la división en el seno del Partido Comunista entre los puros y los corruptos. Todo quedó atrás. F. Castro eclipsó a los medios. Entre reflexiones apocalípticas e intervenciones ante público selecto y subordinado (desde la Primera Secretaria de la Juventud Comunista hasta el periodista venezolano Walter Martínez), el ex comandante embobecía a los bobos e idiotizaba a Frank Fernández, según palabras del pianista. Pero…

RESACA TEQUILA

En una de sus “reflexiones” de principios de agosto, F. Castro alabó al ex candidato presidencial mexicano Andrés Manuel López Obrador. Mas tarde se refirió a un fraude en las elecciones presidenciales donde perdió el candidato del Partido de la Revolución Democrática (PRD) y terminó con el caso Carlos Ahumada, un argentino que demostró la corrupción en el equipo de campaña de López Obrador.

Las relaciones con México se recalentaron luego del incidente diplomático entre el embajador cubano y el congreso azteca, tras el asesinato de Orlando Zapata, en febrero de este año. La estrategia del Presidente Calderón es no rozar ni con el pétalo de una rosa a la satrapía insular. No obstante, las fuerzas vivas de la sociedad mexicana plantearon el desafío: ¿Por que F. Castro se inmiscuye nuevamente en los asuntos internos mexicanos? ¿No tiene otra cosa que hacer? ¿Trata de influir en el proceso electoral del próximo sexenio (2012) como lo hizo en el anterior a través de la detención de Ahumada en la Habana y su entrega a las autoridades del Distrito Federal luego de días de interrogatorios en Villa Marista (cuartel general de la policía política)?

F. Castro llegó a afirmar que López Obrador "será la persona de más autoridad moral y política de México cuando el sistema se derrumbe y, con él, el Imperio". El gobierno mexicano preguntó inmediatamente a la cancillería de la dictadura , cual era el impacto de las declaraciones del Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba en las relaciones entre los dos países vecinos.

SIN PAZ CON COLOMBIA

El nuevo Presidente de Colombia fue explícito sobre el tema de los mediadores en el conflicto armado con los bandoleros de las FARC. No se permitirá la intromisión de actores no autorizados en el proceso de desmantelamiento de las bandas armadas.

En medio de su euforia mediática, F. Castro recibió a Piedad Córdoba, una senadora colombiana amante de la guerrilla y del Presidente de Venezuela Hugo Chávez. Sin piedad, Córdoba llegó a la Habana con miembros del movimiento "Colombianos y Colombianas por la Paz" (CCP), quienes intercambiaron puntos de vista acerca de la situación en la región y los peligros de guerra en el mundo, que tanto avisa el ex monarca.

Para no desentonar con los visitantes, pero sí con las relaciones entre los gobiernos, F. Castro alabó los “ideales de justicia social” del fallecido terrorista y jefe de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), Manuel Marulanda, alias Tirofijo.

No contento con su tendencia al “elefante en la cristalería”, atacó en otra de sus reflexiones al ex-presidente colombiano Álvaro Uribe. Lo acusó de estar sindicado de asesinatos y otros crímenes contra la población durante su alta magistratura. Verde de envidia, el caudillo no soportó que las Naciones Unidas eligieran a Uribe para dirigir una misión en el Medio Oriente por el prestigio ganado durante sus ocho años como presidente de Colombia.

Muy diplomático, el exitoso Uribe contestó con buenas razones, aunque observadores apoyan la idea que no debió contestar al insulto de un dictador que empobreció su país, tiene el 20 % de su población emigrada, provocó conflictos en Centro y Suramérica y estuvo implicado directamente en el nacimiento y fortalecimiento de las FARC y el ELN (Ejercito de Liberación Nacional), bandas armadas que asolaron el país, secuestraron, asesinaron y se dedicaron al narcotráfico durante cincuenta años en Colombia.

El recién estrenado gobierno colombiano de Manuel Santos, enfrascado en trascendentes negociaciones con Venezuela, Ecuador y Estados Unidos, en diferentes temas, no está interesado en una polémica con La Habana por culpa del “ex”. No obstante, debe tomar nota acerca de adonde lleva la declinación de las políticas de defensa de la libertad, los derechos humanos y el mercado libre en la isla, que mantuvo Uribe y parece mantendrá Santos a favor de estrechos intereses nacionales. Si Latinoamérica apoyara la democratización de Cuba, la suerte de muchos desestabilizadores en el continente estaría echada.

¿HASTA CUANDO, CATILINA?

En un balance de perdidas-beneficios, el gobierno cubano apostó a la reaparición de F. Castro. Así asegura Armando Mastrapa, desde su blog sobre temas político-militares cubanos (wwww.cubapolidata.com.). Alega que Raúl estimuló a Fidel a regresar a la luz pública para mostrar que el nuevo gobierno tiene pleno control.

"No hay duda de que Raúl y sus acólitos tienen el control total del país. Fidel ya no es controlador en jefe sino, más bien, el controlado en jefe'', afirma.

Muchos observadores no coinciden con esa hipótesis y apoyan la idea de la reanimación del ex Comandante en Jefe y de las pugnas entre los hermanos. Coincido con Mastrapa sobre el tema y apunto: no nos preocupemos. F. Castro, ese homus seniles, se apaga y pierde la trascendencia, sin mayor impacto que sus daños colaterales.

aleagapesant@yahoo.es