domingo, abril 21, 2013

CRÓNICA DE MÁRTIRES QUE LUCHARON CONTRA EL CASTRO-COMUNISMO EN CUBA: Olga Digna Fernández Cañizares Y Marcial Arufe Delgado

 Tomado de http://www.nuevoaccion.com


 CRÓNICA DE MÁRTIRES QUE LUCHARON CONTRA EL CASTRO-COMUNISMO

 Olga Digna Fernández Cañizares Y Marcial Arufe Delgado



Por Tito Rodríguez Oltmans

Olga era empleada de la Compañía Cubana de Electricidad, y él era Director de Transporte del INRA. 

Se conocieron a finales de 1959. Los dos ya estaban participando activamente en la lucha frontal contra del Régimen castro-\comunista. En 1960 ambos fueron fundadores del Movimiento SAC (Salva a Cuba), junto con Octavio Barroso, Pablo Palmieri, Virgilio Campanería, Alberto Tapia Ruano, Tito Rodríguez Oltmans, y otros jóvenes más. Meses después en Mayo de 1960 numerosos grupos de acción se unen en lo que se llamó “Unidad Revolucionaria”, para concentrar más fuerza combativa.

Olga trabajó muchas veces en acciones directas con el Departamento de Acción de “Unidad Revolucionaria”. Marcial también lo hacía, pero su función principal era la de Coordinador o Jefe Nacional de Suministros para las acciones bélicas. Además, Marcial tenía la responsabilidad junto con Félix Peña de la distribución de los suministros recibidos por la vía marítima, Félix era el Coordinador y contacto directo con el barco; “El Tejana” de UNIDAD-REVOLUCIONARIA. Vieja torpedera sobrante de la Segunda Guerra Mundial que había comprado con su dinero Alberto Fernández de Echevarría, con el solo propósito de llevarnos suministros bélicos y personal, el cual llegaba y salía clandestinamente a Cuba por el “Punto Unidad”, en la zona de Canasí, muy cerca del “Punto Fundora”. Además del cargamento bélico, muchas veces venía personal combativo y técnico, entre ellos telegrafistas de la Brigada 2506, y miembros de otras Organizaciones que se infiltraron antes de la invasión de Girón. 

( Olga Digna Fernández Cañizares)

El 14 de abril de 1961 Olga y Marcial eran intensamente buscados por el Departamento de Seguridad del Estado (DSE), el G-2. Desde hacía varias semanas ambos operaban en la clandestinidad. El peligro que corrían era inmenso, por lo cual les aconsejamos que salieran del país. Pocos días antes de la invasión de Girón decidieron no irse de Cuba y pelear hasta el final, sin importarles el peligro que corrían. Después de haber hecho esa decisión, ambos acordaron contraer matrimonio para no separarse jamás, en la vida o en la muerte. Esta decisión nos la comunicaron el 14 de abril de 1961. Respetamos su decisión. Pablo Palmieri y yo enseguida fuimos a buscarlos donde se encontraban escondidos. Teníamos un plan sencillo. Los recogimos. Montaron el auto sentándose en el asiento trasero, Pablo manejaba, y yo a su lado. Pablo, Marcial y yo llevamos cada uno un M-3, Olga una pistola 45 en su cartera. Fuimos directamente a la Iglesia de Monserrat, allí me apee apresuradamente, y tras una breve conversación con el Padre Lobato, a quien yo no conocía, le expliqué muy claramente lo que queríamos que hiciera, y el peligro que correría estando junto con nosotros. Después de oírme detenidamente y estando consciente del peligro que correría, hizo una pequeña pausa, respiró profundamente,  tomó un libro de Liturgia y una botellita de agua bendita, me miró fijamente a los ojos, y con una suave sonrisa me dijo, “vamos hijo”, y que Dios nos acompañe. Pablo manejó por Galeano hasta Reina, dio vueltas por diferentes calles, el Padre Lobato estaba sentado entre Olga y Marcial, y yo desde el asiento delantero fungiría como testigo. Todo este asunto (la boda) duró aproximadamente veinte minutos. Así se consumó la boda eclesiástica clandestina de Olga y Marcial. Al regresar a la Iglesia, el Padre me vio la intención de pagarle mediante una donación, y con voz firme me dijo: cuidadito con ofrecerme algo, esta es la unión matrimonial más linda y pura que he hecho en todos mis años como sacerdote. Por las mejillas del viejo sacerdote rodaban un par de lágrimas.  Me dio la mano y la bendición diciéndonos con emoción; adiós, y que El Señor los bendiga, dio media vuelta y desapareció por la puerta trasera de la sacristía que daba a la calle. Arrancamos camino de vuelta sin decir palabra. Al llegar al lugar del destino de ellos, todos nos apeamos, le dimos un fuerte abrazo a Marcial y un beso en la mejilla a Olga. Los felicitamos, hablamos brevemente sobre lo ocurrido, nos volvimos abrazar. Montamos el auto y nos fuimos. Más nunca los volvimos a ver. Sus días estaban contados. 

(Marcial Arufe Delgado)

El 21 de abril temprano en la mañana, en una casa de seguridad del Movimiento que estaba en Miramar cerca del río Almendares, cuando iban a ser arrestados por el G-2, se entabló un fuerte tiroteo. Resultando muertos cuatro agentes del DSE, y la muerte de ellos dos. Marcial murió baleado al lado de la puerta de entrada del apartamento, y ella herida, corrió hacia el cuarto a buscar otra pistola. Agentes del G-2 la siguieron acribillándola a balazos por la espalda, cayendo muerta a los pies de la cama.

Ese día el amor de Olga y Marcial quedó sellado para siempre al mezclarse la sangre de ambos en suelo cubano.

Los cubanos decentes del Exilio, los que queremos en el futuro una Cuba libre, independiente y soberana, sin comunismo, ni comunistas, ni progresistas, ni liberales, ni bandidos, ni oportunistas quienes conllevan el diabólico disfraz del cambio, de la transición pacífica reconciliatoria, la cual solo es; “MAS DE LO MISMO”, promovido repetitivamente mediante explicaciones dialécticas, para la eventual transformación hacia  un Gobierno de transición, en el cual estarán en altos cargos de poder, sujetos que fueron altos miembros de la tiranía, asesina, ladrona, abusadora y destructora de nuestra Cuba.

Para que esto no suceda, todos los cubanos honestos debemos de cerrar fila y ayudar a los que en Cuba pueden hacer posible lograr la libertad y soberanía de nuestra Patria.

En Cuba las calles están allí, y estas, deben de ser tomadas y controladas por los cubanos decentes que viven en la isla, y que son mayoría. Ya llegará el momento en que todos los combatientes del exilio estemos en las calles junto a ellos codo con codo haciendo lo que se tenga que hacer para limpiar y liberar a nuestra Patria.

Que es difícil, eso todos lo sabemos, pero si es "moral y patriótico". Además es el único camino honorable que existe para lograr la libertad.

Las tiranías en ciertos momentos necesitan tener una oposición controlada para cínicamente decirle al mundo que ellos son “demócratas”.

 Mis enemigos, son mis enemigos. Los amigos de mis enemigos, son mis enemigos. Y los que le hacen conscientemente el juego a mis enemigos, ellos también lo son.