lunes, noviembre 17, 2014

Colombia suspende el proceso de paz con las FARC tras el secuestro de un general después de que el Presidente Juan Manuel Santos les dió permiso y protección a altos mandos militares de las narcoguerrillas terroristas FARC, entre ellos a Timoshenko, para que viajen a Cuba a participar en las conversaciones. ÁLVARO URIBE VÉLEZ: El error de negociar con las FARC

Nota del Bloguista de Baracutey Cubano

Colombia suspende el proceso de paz con las FARC tras el secuestro de un general después de que  el Presidente Juan Manuel Santos les dió permiso y protección a altos mandos militares  de las narcoguerrillas terroristas FARC, entre ellos a Timoshenko,  para que viajaran a Cuba a participar en las conversaciones.  Así son esos individuos cuya derrota era inminente después que durante los dos períodos del Presidente Uribe y el comienzo del Presidente Santos  fueron diezmadas en sus más altos  mandos  y gran parte de la tropa estaba en desbandada y entregándose. En estos años de negociaciones las FAREC han ganado tiempo en reorganizarse militarmente y lavarse la cara políticamente ante la comunidad internacional. El Presidente Juan Manuel Santos es el principal responsable de esa reorganización y de ese  lavado de cara.

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Tomado de http://www.abc.es

 Colombia suspende el proceso de paz con las FARC tras el secuestro de un general

EP / Bogotá
Día 17/11/2014


También están retenidos un suboficial y una funcionaria civil del Ejército. «Liberen a estas tres personas cuanto antes», ha ordenado el presidente Juan Manuel Santos

Colombia suspende el proceso de paz con las FARC tras el secuestro de un general
EFE

El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, anuncia la suspensión del diálogo con la guerrilla

El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, ha ordenado este domingo suspender el proceso de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) tras el secuestro de un general, un suboficial y una funcionaria civil del Ejército, en el departamento de Chocó (oeste).

(Tropas de las FARC)

"Liberen a estas tres personas cuanto antes. Mañana viajaban los negociadores de paz a una nueva ronda de negociaciones en La Habana. Les voy a decir a los negociadores que no viajen y que se suspende esta negociación hasta que no se aclare y se libere a estas personas", ha dicho, según ha informado la emisora colombiana Radio Caracol.

( Rubén Darío Alzate, el General secuestrado)

El gobernador de Chocó, Efrén Palacios, ha dicho que el suceso ha tenido lugar en el corregimiento de Las Mercedes, según ha informado el diario 'El Colombiano'. Se trata de la primera vez en los últimos 50 años que la guerrilla consigue secuestrar a un general en activo.


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Tomado de http://www.elmundo.es/internacional/2014/11/17/5468cda5ca47417a758b4577.html

El error de negociar con las FARC

ÁLVARO URIBE VÉLEZ
 17/11/2014

Preocupa que la paz se considere irreversible porque el Estado se ha puesto de igual a igual con el terrorismo, los generales son equiparados políticamente con sus asesinos y la tesis dominante de los acuerdos es la visión totalitaria, bien disimulada, del castrochavismo.

Nuestra democracia, con cuatro años de interrupción durante el siglo anterior, ha sido la más extensa de Iberoamérica. Incluso en el Frente Nacional ocupó sus espacios el Partido Comunista como las demás expresiones ideológicas. Los actores violentos han procedido no como alzados en armas contra una dictadura sino como verdugos contra la comunidad y el Estado de Derecho. Por eso no hablamos de conflicto ni de insurgentes sino de narcoterrorismo.

A continuación, las discrepancias que mis compañeros del Centro Democrático y mi persona hemos tenido con el proceso que se adelanta:

- El Gobierno no exigió el cese unilateral de actividades criminales, lo cual ha costado muchas vidas de soldados, policías, civiles y también una especie de inmolación inútil de guerrilleros. Hoy es más difícil obtener esta necesaria condición porque el protagonismo político y un relativo fortalecimiento del terrorismo parecerían alejarlo de aceptar el cese unilateral;

- Es notorio el incremento de la inseguridad, con subregistro y ocultamiento nacional e internacional de acciones violentas, además de expansiones de control territorial criminal en áreas urbanas y rurales. Se ha perdido la voluntad ciudadana de denuncia y ha crecido el sometimiento al poder terrorista, que extorsiona, impone horarios viales, ordena cultivar coca e indica qué se puede sembrar;

- Las Fuerzas Armadas, a pesar de su histórico comportamiento republicano, denotan desmotivación. A este sentimiento concurren factores como la igualación de los soldados y policías con el terrorismo, en lo jurídico que los nivela como victimarios y condiciona su solución judicial a un previo acuerdo con el terrorismo; en lo político cambió la palabra seguridad por la denominación de guerra. Lo peor, en el discurso gubernamental de protección a la sociedad civil se autoriza tácitamente el atentado contra soldados y policías, que el Gobierno califica como contendientes de guerra;

- Las ofertas de impunidad y elegibilidad a responsables de atrocidades, que la Corte Constitucional, la Procuraduría y la fiscal de la Corte Penal Internacional han advertido e intentan precaver. Colombia, país de normalidad democrática, no debería ser objeto de justicia transicional, sin embargo, aceptamos amnistía e indulto para guerrilleros rasos, como también su elegibilidad política. En relación con responsables de delitos atroces, compartimos la reducción de sentencias pero no la ausencia de pena privativa de la libertad;

- Objeciones a los acuerdos publicados. La agenda nacional no se debe discutir con el terrorismo. ¿Qué puede pensar un muchacho que hace parte de una banda criminal cuando ve llegar a Romaña a La Habana -el peor secuestrador que haya conocido el mundo- para discutir la agenda del País?

La iniciativa privada queda gravemente arriesgada en los acuerdos con la FARC.

Los acuerdos entre el Gobierno y la FARC son permisivos con los cultivos de droga; indulgentes con el narcotráfico, que indultan al presentarlo como relaciones en función de la rebelión; no exigentes de entrega de armas; omisivos para obligar a los terroristas a proceder como victimarios y entregar recursos y bienes, que provienen del delito, para reparar a las víctimas.

Sin pretender anticipar el impacto y la cobertura de los acuerdos definitivos que llegasen a firmar, nos preocupan los mecanismos de ratificación posibles, que tendrían el riesgo común de la presión del terrorismo armado a la ciudadanía. El Referendo y la Consulta Popular, si bien son diferentes porque el primero propone reformar las normas y la segunda es de alcance indicativo, tienen el vicio de poder coincidir con otra elección, tal y como fue aprobado en reciente cambio de jurisprudencia sobre el referendo. Preguntar por la noble palabra paz, en una nación martirizada, con el agravante de coincidir con otra elección, es impulsar a un salto emocional, que al afectar el discernimiento sobre los temas, desviaría la razón de ser de los instrumentos de participación directa.

Hay voces que expresan que una Asamblea Constituyente, limitada para otros temas, pero libre para aprobar, improbar o modificar los acuerdos, con todas las garantías de deliberación, tomaría decisiones en salvaguardia de los valores democráticos de Colombia, ofrecería espacio de discusión y podría ser un camino siempre y cuando el grupo terrorista hubiera ya entregado las armas y por ende no existiera riesgo de presión armada a electores ni a constituyentes.

Si el grupo terrorista FARC asesina a compatriotas indígenas porque les retiran vallas publicitarias de sus territorios, ¡qué podremos esperar de acudir a procesos electorales para pronunciarnos sobre los intereses del grupo armado!

Es fundamental parar la violencia con un cese unilateral y verificable de actividades criminales por parte de las FARC. Hablar de cese bilateral seria otro grave sacrificio de la institucionalidad y un nuevo paso para reducir a los militares y policías a la cárcel y ubicar al terrorismo en el poder. Es nocivo que el Gobierno coloque a los generales de interlocutores directos del terrorismo.

Dos fines debería buscar este proceso: la garantía de No Repetición de la Violencia para las presentes y futuras generaciones y el respeto a la totalidad de los valores democráticos.

Esta no es una discusión sobre prejuicios doctrinarios, al contrario, lo es sobre la imagen viva de hechos, como los 14.674 secuestros de FARC entre 1998 y 2003, el asesinato de sus rehenes, con premeditación y anuncio previo, tal como ocurrió con los diputados vallecaucanos, el gobernador Guillermo Gaviria, el exministro Gilberto Echeverri y sus compañeros de cautiverio. Esta discusión, en lugar de ser de doctrina política de salón, debe ser sobre la realidad de un grupo terrorista que ha secuestrado, vía reclutamiento, a miles de menores (67% de sus integrantes).

Queremos la paz, en muchos hay dolores de familia y en todos de patria, no padecemos inhibiciones que nos impidan el perdón, pensamos que la justicia es necesaria como regla comunitaria y compartimos la convicción de defender, de verdad, sin actitud vergonzante, sin timideces, sin dobleces, a la iniciativa económica privada, incluyente, como función social, pero insustituible.
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Tomado de http://www.elcolombiano.com
Comunidad relata cómo fue el secuestro del general Alzate

vier A. Macías Enviado especial
 Chocó
 17 de noviembre de 2014

El Colombiano llegó esta tarde al corregimiento de Las Mercedes de Quibdó. Allí pudo hablar con varios habitantes de este caserío de 15 casas donde viven no más de 100 personas, quienes describieron cómo el general Rubén Alzate Mora, comandante de la Fuerza de Tarea Conjunta Titán, cayó en poder de las Farc.

El presidente del Consejo Comunitario de las Mercedes, Presentación Palomeque, aseguró que en la tarde del domingo tres personas arribaron a esa localidad en una panga, provenientes de Quibdó.

Uno de ellos era el general Alzate quien vestía ropa de civil, la otra la abogada Gloria Urrego y un soboficial del Ejército, también de civil.

“Ellos se bajaron de la panga y fueron hasta el atrio de la iglesia. Rio abajo llegó otra panga con otros tres hombres, vestidos de civil, que fueron hasta la iglesia para hablar con esas personas”, aseguró Palomeque.

El líder de Las Mercedes explicó que en el atrio de la iglesia las seis personas se reunieron, que ninguno portaba armas y que minutos después los tres presuntos milicianos de las Farc se llevaron, selva adentro, al general Alzate y a sus dos acompañantes.

Una persona, que pidió la reserva de su identidad, aseguró que en ningún momento se presentó un forcejeo, que los guerrilleros llegaron por el río y que la versión de que se escondían en alguna de las viviendas, no es cierta.

En Las Mercedes hay una numerosa presencia de soldados del Ejército, sin embargo El Colombiano no observó patrullajes de la Armada Nacional sobre el río Atrato, en el recorrido de 45 minutos entre Quibdó y esta localidad.

El presidente Santos responsabilizó a las Farc por la suerte del general Alzate y las otras personas que lo acompañaban.

El ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, indicó que este martes visitará la zona donde fue secuestrado el general Alzate Mora, el corregimiento Las Mercedes, ubicado a 40 minutos de Quibdó por el río Atrato.