viernes, marzo 06, 2015

Jorge Olivera Castillo desde Cuba: Una respuesta a Fidel Castro


Tomado de http://www.diariodecuba.com/

Una respuesta a Castro

Por Jorge Olivera Castillo
La Habana
5 Mar 2015

Me he tomado la licencia de apropiarme de algunos planteamientos revelados por Fidel Castro durante su encuentro con los cinco espías publicado en la prensa oficial.

Los calificativos del otrora invencible dictador me sirven para ilustrar otras perspectivas ajenas a la falsedad y el tremendismo.

El ex gobernante no ha tenido reparos en denostar la situación de las prisiones estadounidenses en cuanto a la falta de higiene, además de arremeter contra la profesionalidad y transparencia de los jurados que legitimaron las respectivas condenas.

No creo que los agentes de inteligencia cubanos cogidos infraganti en 1998, tuvieron la desdicha de "respirar el aire húmedo, maloliente y repugnante de los sótanos de una prisión yanqui", tal y como afirmó Castro, durante los años que estuvieron internados.

Por las anécdotas que escuché durante mi estancia dentro en la prisión de Guantánamo, de parte de cubanos que pasaron varios años en cárceles norteamericanas por cometer graves delitos comunes, tengo que poner en dudas las aseveraciones del exlíder comunista.

Jamás los exconvictos en EEUU expusieron maltratos o condiciones infrahumanas. Al contrario, hacían énfasis en las enormes diferencias entre aquel encierro en tierras del Tío Sam y el que padecían en ese momento en territorio cubano.

Entre los detalles que más resaltaban en los diálogos que sosteníamos a menudo, estaban la pulcritud y la alimentación balanceada, dos aspectos olvidados en el Combinado provincial de Guantánamo y en Agüica, las prisiones que conocí durante mis dos años de cautiverio.

En esas prisiones, y a pesar de lo que opine Castro, nunca pude hacer mis necesidades fisiológicas en un inodoro.

En el lugar donde debería haber una pieza de esas características se encontraba un pequeño orificio a ras del suelo que se tapaba con un trozo de cartón como único recurso para atenuar la fetidez.

Respecto a lo que ingería en el almuerzo y en la comida, ni hablar. El arroz con gusanos, los caldos de cuero de res y un engrudo negruzco que eufemísticamente llamaban "pasta alimenticia", era lo que se repartía a diario.

El derecho a comer un poco mejor estaba restringido a dos veces al mes. Para saciar la sed y bañarse, solo había agua fangosa. Con el aseo, las toallas tomaban un color carmelita intenso y los estómagos se anegaban de parásitos.

La lista de menoscabos es lo suficientemente larga para que sea imposible plasmarla en este texto.

Fueron nueve meses en celdas de aislamiento, sin una mesa ni una silla, y en compañía de enjambres de mosquitos y roedores. El resto del tiempo en prisión fue junto a criminales comunes y reos con serios desajustes mentales.

Antes de concluir, subrayo las desvergüenza de los jueces y el fiscal que avalaron mi condena a 18 años de privación de libertad por dirigir una pequeña agencia de prensa independiente.

Sin titubear, entre otras lindezas, alegaron que mis actos atentaban contra la soberanía nacional.

Al abogado defensor lo vi diez minutos antes de la vista oral. Me dio la impresión que era un actor limitado a ejercer su rol. Conocía de antemano su inutilidad como profesional.

Evidentemente, tenía miedo. Nada extraño en esa especie de circo romano que es la justicia cubana cuando juzga los delitos políticos.


1 Comments:

At 7:18 p. m., Blogger Unknown said...

LOS PRISIONEROS CUBANOS EN ESTADOS UNIDOS,JAMÁS VIVIERON LO QUE USTED NARRA.
EN CUBA LOS RECLUSOS SOON DENIGRADOS, MAL ALIMENTADOS, SE VIOLENTAN SUS DERECHOS HUMANOS Y SON TORTURADOS, PUES LOS CASTIGOS QUE LE PONEN SON TOORTYURAS PSICOLOGICAS Y DENIGRANTES.

LOS METEN POR MESES EN CALABOZOS SIN CONDIICONES, SIN ATENCIÓN MÉDICA Y SIN AMIMENTOS

 

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