viernes, septiembre 04, 2015

Luis Cino desde Cuba: El ghetto, los muchos documentos y la inercia



El ghetto, los muchos documentos y la inercia

Por  Luis Cino
La Habana
2 septiembre, 2015

Resulta difícil  rebatir a los  hipercriticistas que desde el exterior, afirmados en su autosuficiencia,  se ensañan en los reproches  contra  la oposición. En gran parte, tienen razón, lo que no tienen, en unos casos, es buenas intenciones, y en otros, valor para admitir que por muy mal que lo hagan los disidentes, hacen infinitamente más que ellos, con su ponzoña.    

Es cierto que la oposición  parece anquilosada,  aquejada por una artritis tan paralizante o aún mayor  que la del régimen.

Aunque sea a la cañona, el régimen mantiene  la disciplina y los criterios centralizados. Y se mueve, aunque sea dos pasos atrás y medio pasito hacia adelante.  La oposición ni eso: lo poco que se mueve es por  inercia, por costumbre.  Y luego se vuelve a detener,  a la espera de que ocurra sabe Dios qué.    

 No es que el  el Partido Único y las falsas unanimidades  sean rasgos que merezcan ser envidiados por un movimiento pro-democracia, pero la sensatez indica que no se puede más con tanta desunión.

Sucede que la dictadura  parece estar más advertida  que la oposición de los riesgos que corre y sabe sortearlos con más (mala)maña.  

Una buena parte de la disidencia –o lo que últimamente se presenta como tal- sólo muestra interés en poco más que en participar en reuniones en otros países y en redactar documentos cuyo impacto real no rebasará los límites mediáticos.

En dichos documentos, todos parecidos,  el principal acuerdo es que hay que ponerse de acuerdo, ya veremos cómo.

La parte de la oposición  más numerosa y reprimida  pero también la menos reconocida por un mundo que no quiere saber de otras cosas que no sean el dinero y los negocios, insiste en métodos que no han resultado, instan al martirio  y ponen la otra mejilla a los represores.   Mientras, se dividen y se subdividen. Y no tengo que repetir a quién benefician estas divisiones…    

Como antes  Agenda para la Transición, ahora el Foro por los Derechos y las Libertades,  Espacio Abierto y la Mesa Unida de Acción Democrática pugnan por convertirse en  parlamentos de la sociedad civil. Pugnan, esa es la palabra. No se complementan, no establecen concertaciones, no hay modo.  

Desde hace años, las organizaciones opositoras se  quejan  de los personalismos, del autoritarismo de algunos, de las exclusiones, de la falta de autorregulaciones democráticas.

Da risa cuando uno escucha las discordias entre los que aceptan dialogar con el régimen y los que no, cuando  ese régimen nunca ha dado la menor señal de que quiera dialogar con otro interlocutor  que no sea el gobierno norteamericano, y si acaso, la Unión Europea.

Protagonismos, acusaciones mutuas, paranoia, soberbia,  conflictos de personalidades… Estamos en el peor de los  momentos  para seguir con lastres tan pesados.

Este tsunami de conflictos desmoraliza, desanima, y hace a la oposición más vulnerable por todos los flancos. Mientras, el régimen  logra reacomodarse, con las complicidades  de alcahuetes, estúpidos y sinvergüenzas  de medio mundo.

 Los opositores siguen encerrados en un ghetto político. Y lo que es peor, piensan con mentalidad de ghetto. Auto-centrados,  acomplejados, intolerantes,  prestos a arrancar las tiras del pellejo a todo aquel que no apoye en cada detalle nuestra propuesta personal para el cambio, y a acusarlo de ser  un agente de penetración de la policía política. Casualmente, el otro  piensa exactamente lo mismo de él.

Con cuánto entusiasmo se les da el gusto  a los sembradores de cizaña enviados por  la Seguridad del Estado, que parecen ser más numerosos, eficientes y ubicuos  de lo que sospechábamos.

No sólo a la represión se debe el miedo y la abulia del pueblo.  La falta de madurez política de la oposición también es culpable de la apatía y la indefensión ciudadana.

Ya sabemos que la oposición es reprimida, difamada constantemente, que no tiene acceso a los medios, que cada vez cuenta con menos fondos y recursos… Más que resignarse a posar de víctima y buscar justificaciones a sus fallas, la oposición  debe actuar con inteligencia  y ponerse a la altura de las circunstancias, a ver como enfrenta estos retos,   ahora que todavía hay tiempo.

luicino2012@gmail.com